ALCA-EDA: sobre dioses, demonios y burritos terroristas

La Haine. 25-11-2003.
Hace unas semanas Joaquín Morales Sola, el columnista estrella del muy conservador diario argentino La Nación, afirmaba que "sólo Dios sabe qué tienen que ver los piqueteros con el ALCA".
No resulta extraño que un periodista "tan serio" no conozca la relación entre una cosa y otra; generalmente no suele conocer nada que no le dicten por teléfono. Sin embargo, llama la atención que considere el conocimiento de esa relación como un saber exclusivamente divino.
Consultadas varias fuentes teológicas, llegamos a la conclusión de que en realidad Dios tampoco sabe mucho del tema; al igual que su amigo Morales Sola, el rey de los cielos y la tierra (aclaremos; hablamos del creador y no de Bush) suele informarse a través de los cuatro grupos de noticias mas importantes del imperio; General Electric, AOL / Time Warner, Walt Disney Company y Viacom, todas corporaciones con intereses puestos en la creación del ALCA.
Estos medios, que organizan gran parte de la agenda informativa internacional, vienen guardando un llamativo semi-silencio sobre el tema, no porque no defiendan sus propios intereses, sino porque a decir verdad, no tienen muchas buenas noticias para darse a si mismos, ni quieren "levantar la perdiz" para que conozcocamos sus verdaderos planes.
Por un lado, el plan es demasiado poco digerible para la opinión pública internacional, y por el otro, el ALCA tal como lo planificó Estados Unidos está sufriendo turbulencias por arriba y por abajo; la falta de resultados concretos, las diferencias con países como Brasil y el repudio popular al proyecto de mercado común, llaman a silencio a los informadores del poder.
Nosotros -periodistas paganos- queremos confundir todavía más a Morales Sola y a sus fuentes divinas de información. Así que intentaremos desenrollar el ovillo del ALCA con algunas cifras, datos y hechos que los columnistas "telefónicos" como los de La Nación, no se molestaron nunca en entender.
El espíritu del ALCA: en el paraíso no se consigue
EL ALCA es un proyecto impulsado por Estados Unidos para crear un mercado común de mercancías y capitales desde Alaska a Tierra del Fuego. Latinoamérica es un continente poblado por 530.233.000 de habitantes, con un 35% por debajo de la línea de pobreza, un desempleo urbano que supera ampliamente el promedio de 9.1% de las últimas cifras oficiales y un mercado laboral que se estima en el 2010 alcanzará a 269.416.000 de personas.
Para Estados Unidos, es una gran cantera de mano de obra barata y un mercado donde colocar su producción, además de una inmensa reserva de recursos naturales y campo de juego para sus empresas financieras.
Analicemos un sólo aspecto de este plan; el de la utilización del mercado laboral. No conviene asustar ni a Morales Sola -ni a dios- con mucha información de un sólo golpe.
En materia de trabajo el modelo a implementar, con mas o menos cambios, es el de México; en el norte de ese país, unas 3800 empresas extranjeras conocidas como maquiladoras o "fábricas del sudor" emplean a un millón de mexicanos para producir de diversas mercaderías, desde televisores y coches hasta ropa y calzado, que luego son ensambladas en Estados Unidos, Japón, Europa o Canadá. En países como Guatemala, El Salvador, Honduras y Nicaragua las maquiladoras emplean más de 200.000 trabajadores, la mayoría mujeres jóvenes que han migrado de comunidades rurales que no pueden competir con importaciones agrícolas baratas (que el ALCA quiere propiciar aún más).
Para los trabajadores, la mayoría mujeres y niñas de entre 14 y 20 años que trabajan por salarios que van entre 0.50 cts.. y 2 dólares la hora, las fábricas del sudor son carceles; la organización sindical, el reclamo de mejores condiciones de trabajo o seguridad social, son penadas con el despido, amenazas y represión.
El último caso es el de la firma canadiense Gildan Activewear, fue denunciada por despedir en su fábrica AAA en Honduras a 42 trabajadores que pretendían organizar un sindicato. La empresa ya había sido denunciada por un informe del Comité Nacional Laboral (NLC) de Nueva York por "largos días de trabajo, presión para cumplir con cuotas de producción excesivamente elevadas, lesiones por movimientos repetitivos de muñecas y en la espalda, revisación personal cuando los trabajadores entran y salen de la fábrica, monitoreo de asistencia a sanitarios, y agua para beber contaminada"
Denuncias como estas y aún mucho mas graves (abuso sexual, semi-esclavitud, contaminación incontrolada, etc) son cotidianas en este tipo de fábricas. Algunas de las firmas que trabajan con esta modalidad, por nombrar sólo las mas conocidas, son; General Electric, General Motors, Matsushita (Panasonic), Chrysler, Hallmark Cards, Ford Motor, Sony, Mattel, Hasbro, Hyundai, Converse, Wal Mart.
Para Morales Sola, incapaz de relacionar una cosa con la otra, los desocupados argentinos, una enorme cantera de mano de obra calificada viviendo en la miseria, no tiene nada que ver con el ALCA. ¿Será ignorancia o mera conveniencia?.
ALCA-EDA: el demonio que demoniza
La reciente cumbre del ALCA en Miami despertó una campaña internacional y movilizaciones en todo el continente, con epicentro en la misma Miami. Allí, miles de jóvenes y trabajadores se movilizaron enfrentando la represión de la policía mientras intentaban llegar al centro de convenciones.
El resultado fue de más de 250 detenidos, entre ellos varios periodistas de Indymedia, FSRN y Democracy Now (1), que cumplían con su trabajo de romper el cerco informativo sobre las movilizaciones. En la Argentina, al mismo tiempo, se realizó una movilización de más de 10.000 personas, y decenas de grupos están organizando una consulta popular para "decirle no al ALCA".
Sin embargo, la oposición popular al ALCA no se viene resolviendo solamente en las cumbres o campañas especificas, sino principalmente en la historia de los últimos años de América Latina. Desde el levantamiento zapatista en 1994 contra el TLC (Tratado de Libre Comercio entre EE.UU. y México) hasta el reciente levantamiento contra la entrega de los hidrocarburos en Bolivia que terminó con la renuncia y exilio del presidente Sánchez de Losada, el continente se ha visto sacudido por la oposición de los pueblos a las consecuencias de los planes aplicados por mandato divino (perdón: de Bush).
Estos procesos sociales han puesto en crisis a los planes de "integración" y generado de parte del imperio dos respuestas; la primera directamente controlada y digitada desde Estados Unidos, y la segunda que expresa - en parte y sólo en parte- contradicciones con la política imperial.
La primera respuesta a la que nos referimos es la creciente militarización de la protesta social, la criminalización de los movimientos y la renovada intervención de Estados Unidos en materia represiva en nuestros países. Ejemplos de estos hay varios; podemos tomar el caso de Bolivia, con la represión militar al levantamiento de Octubre, el mismo Plan Colombia o, incluso, la sostenida campaña de criminalización de los movimientos piqueteros en Argentina.
Para sustentar esta política, Bush no escatima recursos; para el año que viene, piensa aumentar la "colaboración" en su cruzada contra el "narco-terrorismo" latino. En su presupuesto para el 2004, el presidente norteamericano propuso destinar 731 millones de dólares para la Iniciativa Andina Antidrogas (IAA), hija latina de la "guerra contra el terrorismo" global. Ese dinero se distribuirá muy políticamente; Colombia, 463 millones; Perú, 116 millones; Bolivia 91 millones; Ecuador 35 millones; Brasil 12 millones; Venezuela, 5 millones; y Panamá 9 millones. Junto con estas cifras, mantendría la ayuda militar directa con montos mayores que años anteriores: 143 millones para todo el continente.
Quizás el ejemplo mas acabado de esta política sea Ecuador. Allí un levantamiento popular terminó de dar por tierra en Enero del 2000 con el gobierno de Mahuad, y abrió una etapa donde surgió Lucio Gutiérrez, presentado como una esperanza para que gobiernen, por primera vez en la historia del país, los sectores mas castigados de la sociedad. Pero la ilusión duró poco, y los movimientos sociales comenzaron a alejarse del gobierno hasta romper con él a principios de este año.
Pero esta vez la administración norteamericana se está preparando. El periodista ecuatoriano Marcelo Larrea, de la revista El Sucre, denunció como a través del Comando Sur del Pentágono (Southcom), Estados Unidos está invadiendo silenciosamente el país. En su detallado informe, el periodista explica como están llegando al país soldados norteamericanos, mercenarios, aviones, helicópteros, buques, radares, sistemas de espionaje satelital, centros de acopio y en general armamento de diverso tipo. En Ecuador también hay al menos 6 oficinas dedicadas a la seguridad que responden directamente a la administración norteamericana, algunas de las cuales fueron denunciadas como "meras pantallas de la CIA" para infiltrar e investigar a los movimientos sociales. Todas las tropas acantonadas en el país tienen inmunidad diplomática y los conflictos resuelven bajo la legislación yanqui, a pesar que además de los planes de apoyo logístico y entrenamiento, Estados Unidos esta construyendo bases militares y tiene potestad para usar puertos y aeropuertos del país.
Pero no hay que alarmarse; nosotros vivimos en la Galaxia Morales Sola, gobernada por un dios que no sabe que relación hay entre la criminalización de los movimientos sociales y los piqueteros. O la campaña de criminalización de la protesta que el columnista no encabeza porque es incapaz de hacer cualquier cosa mas o menos seria ¿no tendrá algo que ver con un plan continental?.
Caras nuevas para viejos negocios
Pero las respuestas a la creciente rebelión de los pueblos latinoamericanos no pasa solamente por las armas; también se ensayan intentos de recrear el consenso que les permita avanzar en recolonizar América Latina. La segunda respuesta es la implementación de regimenes de centroizquierda o "progresistas" como reemplazo a los viejos gobiernos llamados neoliberales, tan proclives a seguir al pie de la letra los mandatos del norte durante toda la década del 90.
Este cambio de rostro político no responde solamente al agotamiento de los regimenes neoliberales y a un intento de contención de las rebeldías continentales, sino sobre todo a que los movimientos que surgieron todavía no han logrado, a pesar de su heroísmo y profundidad, articular proyectos de poder gestados desde la propia movilización.
Estos nuevos regimenes se mueven en el terreno de la ambigüedad permanente; por un lado necesitan apartarse un poco de los mandatos del FMI para mantenerse a flote, pero por el otro lado están atados histórica, económica y políticamente al imperio yanqui.
Veamos un ejemplo paradigmático; el Brasil de Lula, presentado como estos días como el espadachín de la lucha contra el ALCA, por las diferencias mantenidas por el canciller carioca con su par norteamericano.
Según informa Argenpress, hay números que explican muchas cosas: "Entre enero y abril de 2003, las exportaciones de acero brasileño a los Estados Unidos disminuyeron un 51,6% respecto de 2002. Y el jugo de naranja brasileño debe pagar un impuesto de 56% de su valor para traspasar las aduanas estadounidenses. Brasil es el mayor productor de jugo de naranja del mundo, un negocio que le reporta U$S 1.500 millones por año. Y la lista de productos afectados sigue".
La poderosa "burguesía paulista" presiona por tener su tajada, y en parte por protegerse de la competencia de países con economías mas grandes como Estados Unidos; no es anti- imperialismo, son negocios y juegos de presión para obtener mejores migajas.
Confundir eso al extremo de pensar en un resurgimiento de las burguesías nacionales latinoamericanas -generalmente nacidas muertas- es como pedirle a Morales Sola que entienda la relación de una cosa con la otra.
Burritos al ataque
Un hecho inédito ocurrió durante estos días, poniendo nuevamente en evidencia a la "guerra contra el terrorismo" que impulsan Bush y Blair. No hablamos solamente de las masivas movilizaciones que recibieron a Bush en Inglaterra, sino de algo que quizás pasó mucho mas desapercibido y sucedió en Irak.
Un comando de burritos, seguramente fundamentalistas, desafió toda la parafernalia y a las tropas anglo-norteamericanas atacando con misiles varios objetivos militares. Los cuadrúpedos combatientes, cargando pequeños lanza-cohetes, son quizás un símbolo de lo difícil que se la hace a los poderosos del mundo cumplir con sus objetivos.
Sin embargo para nosotros la tarea no consiste en entrenar a nuestras mascotas para que se conviertan en animales-bomba o comandos kamikaze.
Por el contrario, nuestro secreto es utilizar lo que tenemos a mano; los de arriba están en problemas; los planes de dominio amenazan con hacer agua en varios frentes; nosotros podemos aprovechar eso, con la creatividad que nace en las calles y sin hacernos ilusiones en rancios profetas nacionales.
Pero para ir terminando repitamos un poco el principio del artículo, a fin de que ayudar a que Morales Sola cultive sus facultades asociativas.
Latinoamérica es un continente poblado por 530.233.000 de habitantes, con un 35% por debajo de la linea de pobreza, un desempleo urbano que supera ampliamente el promedio de 9.1% de las últimas cifras oficiales y un mercado laboral que se estima en el 2010 alcanzará a 269.416.000 de personas.
Si se lo mira bien, un potencial humano bastante interesante para hacerle frente a los que quieren dominar, por una u otra vía, a todos nuestro continente. Bolivia, el último ejemplo, volvió a demostrar en las calles que hacerlo es posible.
Sebastián Hacher
sebastian@riseup.net
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(1)Entre los detenidos estaban Ana Nogueira y Justin Lipson, ambos grandes compañeros de Democracy Now e Indymedia NY respectivamente. Por las informaciones recibidas Ana ya está en libertad, y por Justin pusieron un precio de 10.000 dólares de fianza. Nosotros sabemos que el trabajo que estaban haciendo, que está en las antípodas de nuestros Morales Sola, no tiene precio. Gracias y fuerza, que como diría Roberto Arlt, "el futuro es nuestro por prepotencia de trabajo".
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ALCA: Modelo para desarmar
Miguel Ángel Ferrari
Hipótesis
El Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) es, por sobre todas las cosas, un proyecto estratégico de los Estados Unidos para América latina y el Caribe, destinado a paliar su déficit de 500 mil millones de dólares anuales en su balanza comercial -más de tres veces la deuda externa argentina-, en el marco de una incierta recuperación de su economía con gastos siderales en armamento y con un abultadísimo déficit fiscal, agravado en los últimos tiempos por la reducción de impuestos a los sectores más ricos de la sociedad norteamericana.
Una definición sin anestesia del significado del ALCA para los Estados Unidos la dio el actual secretario de Estado, Colin Powell, a poco de asumir sus funciones junto al presidente George W. Bush. En esa oportunidad señaló claramente "Nuestro objetivo es garantizar para las empresas norteamericanas el control de un territorio que se extiende desde el Artico hasta la Antártida y el libre acceso -sin ninguna clase de obstáculos- de nuestros productos, servicios, tecnologías y capitales por todo el hemisferio".
A confesión de parte, relevo de pruebas. Todo lo demás es simple palabrerío tendiente a edulcorar un proyecto de neto corte neoliberal destinado a controlar política, económica y militarmente a toda la región.
Recordemos que la primera cumbre sobre el ALCA realizada en 1994, también en la ciudad de Miami, durante el gobierno de William Clinton, se hallaba impregnada por la atmósfera triunfalista del pensamiento único. Es por ello que sus planteamientos expresaban sin ambages el ideario neoliberal que había penetrado en los gobernantes de la mayoría de nuestros países y -¿por qué no?- en importantes sectores populares, víctimas de una profusa campaña de mentiras orquestada por las clases dominantes locales, siempre tan dispuestas a asumir ese rol indolente, especulador y clientelístico respecto de las metrópolis.
Una muestra de ese espíritu lo da acabadamente en 1998 -en vísperas de la cumbre de Santiago de Chile- Thomas McLarty III, consejero del presidente Clinton y enviado especial de los Estados Unidos para América latina y el Caribe. El funcionario demócrata manifiesta "En el área de la integración económica y el comercio libre, los líderes esperan capitalizar las ganancias obtenidas en la última década tras la adopción de reformas económicas y avanzar hacia la meta primordial, establecida en la Cumbre de Miami, de establecer un Area de Libre Comercio de las Américas para el 2005. Los ambientes macroeconómicos estables que se encuentran por todo el hemisferio se deben en gran medida a las políticas fiscales más estrictas, las tasas de cambio más predecibles, los bancos centrales descentralizados y las políticas comerciales más abiertas, todo lo cual sirve para atraer creciente inversión privada".
Estas palabras, solo cinco años después, si no fueran trágicas resultarían cómicas. ¿A qué "ganancias obtenidas" en la década de los '90, tras las "reformas económicas" neoliberales se refiere el consejero estadounidense? ¿A las de las clases prebendarias que expropiaron el patrimonio social en su propio beneficio, desarticularon la actividad productiva de nuestros países y los endeudaron en cientos de miles de millones de dólares? ¿La descentralización de los bancos centrales evitó el robo a los ahorristas argentinos? ¿Esas son las reformas económicas que permiten "avanzar hacia la meta primordial, establecida en la Cumbre de Miami", para "establecer un Area de Libre Comercio de las Américas?
¿No le dará vergüenza al señor McLarty III leer sus palabras luego de cinco años y comprobar que "los ambientes macroeconómicos estables que se encuentran por todo el hemisferio" han estallado en mil pedazos en la Argentina, en el Uruguay, en Perú, en Ecuador, en Bolivia, para solo citar a los países donde la turbulencia política y económica fue mayor? Para no hablar de la profundización de la brecha social que coloca a Latinoamérica en el primer lugar en el mundo en materia de inequidad distributiva.
¿Este es el resultado de las "políticas fiscales más estrictas, las tasas de cambio más predecibles, los bancos centrales descentralizados y las políticas comerciales más abiertas"? ¿Estas son las metas del ALCA? Las metas del ALCA ya fueron cumplidas antes de su aplicación. El resultado de la implementación de algunas de las ideas que sustentan al ALCA ya está a la vista, se tradujo en cierres de pequeñas y medianas empresas, desocupación, enfermedades, ataque al medio ambiente y a la biodiversidad, exclusión, miseria y muertes por desnutrición o por enfermedades curables.
Un espejo donde los pueblos de nuestro continente pueden mirarse, es el del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, más conocido por su sigla en inglés NAFTA.
El NAFTA ya ha recorrido una década y sus resultados están a la vista. John Audley, uno de los dirigentes del Carnegie Endowment for International Peace, con sede en Washington, planteaba en un estudio que "el sector agrícola mexicano ha perdido un millón 300 mil empleos (y se espera que la situación empeore aún más) desde 1994, debido a la entrada de productos estadounidenses, muchos subsidiados, otros genéticamente modificados, mientras el sector manufacturero solamente ha creado 500 mil empleos. La pobreza ha aumentado, la emigración ilegal creció, muchos campesinos han tratado de balancear la caída de ingresos cultivando nuevas tierras, lo que conlleva a la deforestación y daño al medio ambiente. La productividad se elevó, pero los salarios reales de la población son menores que antes de que se firmara el convenio".
En la Octava Cumbre de Ministros de Comercio que sesionó en Miami solamente un día -el jueves pasado-, rodeada de multitudinarias manifestaciones contrarias a la globalización neoliberal, se terminó firmando un documento que dista mucho de las ideas originarias que el gobierno norteamericano sustentaba respecto de esta iniciativa. Un papel relevante le cupo a Brasil, que contó con la adhesión de la Argentina y Venezuela, en esta frustración momentánea del proyecto de Washington. En este ALCA "flexibilizado" o ALCA a la carta, donde cada país tomaría lo que más le convenga.
Ocurre que ahora otros son los vientos que recorren a nuestro continente. La intensa campaña desarrollada -y que continúa desarrollándose- contra el ALCA en toda América latina, está logrando lenta, pero sostenidamente, contrarrestar el deliberado silencio que Washington trató de imponer, en una abierta actitud antidemocrática, temeroso de la reacción de los pueblos.
Hasta la propia cúpula de la Iglesia Católica argentina, alineándose de algún modo con sus colegas brasileños, denunció esta actitud de escamotear a la ciudadanía el tratamiento de tan importante tema, sugiriendo que se tratara en el Parlamento.
¿Por qué tanto celo en ocultar cual es la esencia de esta propuesta supuestamente de libre comercio?
Porque, en primer lugar, no es de libre comercio. Los Estados Unidos pretenden seguir subsidiando a su agricultura y a su acero, mientras piden a Latinoamérica que libere de aranceles a todos sus productos y servicios. Pero esta asimetría no termina allí. El propósito de las transnacionales, cuyos representantes se hallan instalados en la Casa Blanca haciendo la guerra para incrementar sus negocios, es -como señala Colin Powell- controlar todo el territorio desde el Artico hasta la Antártida, mediante la perimida doctrina del pensamiento neoliberal. Para ello han previsto, incluso, la aplicación de instancias jurídicas estadounidenses o supuestamente internacionales (controladas por Washington) donde se dirimirán las disputas entre las megaempresas y los gobiernos nacionales.
Uno de los preceptos del ALCA, en el estricto marco del Consenso de Washington, consiste en comprometer a los estados nacionales a garantizar el derecho de las empresas a prestar servicios a la población, que constitucionalmente -en la mayoría de los países- son obligaciones del Estado. Esto abre la posibilidad de la privatización donde ella no ha tenido aún lugar, entre otros sectores: la educación y la salud; así como excluye expresamente revertir las privatizaciones ya realizadas. El principio general es transformar los servicios sociales en mercancías, cuyo acceso quede regulado por la capacidad individual de pago.
La batalla contra el ALCA no está ganada, ni mucho menos. Así como tras el fracaso de la Ronda Uruguay, los Estados Unidos se pusieron a construir la Organización Mundial de Comercio. Y, tras el fracaso del Acuerdo Multilateral de Inversiones, procreado en la Organización de Cooperación y de Desarrollo Económico (OCDE), francamente atentatorio a las soberanías nacionales, volvieron a entrar por la ventana con otros proyectos. Con el ALCA harán lo mismo. En la reunión presidencial de Monterrey, prevista para el año próximo, recrudecerán las presiones de la Casa Blanca para reposicionar este proyecto. Si no lo logran, continuarán su avance sobre los países que ya están dispuestos a firmar acuerdos bilaterales o multilaterales.
Hay que desplegar todos los esfuerzos posibles para desarmar este modelo perverso. No vaya a ser que -en el futuro- alguna transnacional le inicie juicio al Estado argentino por competencia desleal, acusado de brindar educación gratuita a sus habitantes.
Nota emitida en el programa radial "Hipótesis", LT8 Radio Rosario, República Argentina, el sábado 22/11/03. Publicada en el sitio www.hipotesisrosario.com.ar
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